sábado, 23 de agosto de 2014

Propuesta del Negocio de Medicamentos

De acuerdo con los expertos, El Salvador es uno de los países del mundo que poseen los precios más altos en medicamentos.
Foto: Natalia Zepeda
Precios bajos. Miguel Lacayo, de Farmacias Económicas, asegura que al no poseer intermediarios los genéricos son más cómodos. Del laboratorio a la farmacia.
Pese a una iniciativa de ley relativa a la prescripción de medicinas genéricas cuyo propósito es que los galenos receten los medicamentos de nombre genérico como de marca, no garantiza a los pacientes, un mayor acceso a los medicamentos y una reducción en los precios de venta.
El principal problema, según el Investigador del Observatorio de Políticas Públicas en Salud (OPPS), de la Universidad de El Salvador (UES), Eduardo Espinoza, es que en el país el 70% de las medicinas son de marca y no poseen una regulación de precios. Añadió que, existen intereses que controlan tal situación.
“Cuando vence la patente de 20 años de un medicamento de marca (innovadores) se pueden producir copias, genéricos. Por lo tanto, el precio de los primeros tiende a bajar, al igual que los genéricos. Pero eso aquí no sucede. Muchos laboratorios, incluso, vuelven a renovar la patente alegando que tienen algo nuevo que ofrecer”, detalló Espinoza.
La medicina de marca posee la patente (derecho de registro) que autoriza sea el único vendedor del medicamento. Al vencer, otros laboratorios pueden competir con genéricos, que tienen el mismo compuesto. Por ejemplo: “Panadol” es el medicamento de marca, y su genérico es “Acetaminofen”.
“Eso se debe a que hay un oligopolio en el control, tanto en la exportación de los medicamentos de marca, como en la importación de los genéricos”, reveló Espinoza.
De acuerdo al estudio “Disponibilidad y Precios de los Medicamentos Esenciales en El Salvador, durante el Segundo Semestre de 2006”, no hay ninguna otra mercancía en el país que se compare con los márgenes de venta que tienen los medicamentos.
“Los genéricos acá, tienen un precio promedio de 28 veces el estándar internacional de referencia, y los medicamentos de marca exceden 52 veces el precio internacional”.
Alza en efecto dominó
De acuerdo con la Fundación Nacional para el Desarrollo (FUNDE), en el país existen intereses bastante marcados, tanto de la industria de genéricos como de la de innovadores; Así también, de los intereses de los diferentes gremios vinculados a los medicamentos, como son los médicos y los laboratorios farmacéuticos.
“Cada eslabón de la cadena de producción de un medicamento crea su propio valor de ganancia que se va sumando hasta llegar al consumidor. Que es a quien le pasan la cuenta”, dijo el responsable de proyectos del Área de Derechos de Propiedad Intelectual y Desarrollo Sostenible de FUNDE, Sergio Aguiñada.
Foto: Natalia Zepeda
Salud en riesgo. Eduardo Espinoza, de OPPS reafirma, que la situación de los medicamentos caros debe cambiar, ya que se vislumbra un panorama incierto. .
El Salvador es el único país en Centroamérica que no posee una Ley de Medicamentos que regule el sector farmacéutico, según un estudio del año 2007 de la Red de Consumidores en Acción de Centroamérica
Es decir, el control de precios, el uso racional de medicinas, la publicidad, el control de etiquetado, la promoción de genéricos y el control de calidad, se dejan al libre albedrío de las empresas.
“Las prácticas, en la medida en que están vinculadas a orientar el consumo a un producto particular y de forma exclusiva, entonces son negativas”, recalcó Aguiñada.
Llamada en espera
A raíz de la falta de leyes que velen por la salud de los salvadoreños, FUNDE plantea lanzar pronto algunas consideraciones y propuestas respecto del acceso a medicamentos de calidad, en El Salvador.
De acuerdo con el presidente de Farmacias Económicas y ex ministro de economía, Miguel Lacayo, la función de las leyes debe ser, el facilitar el acceso a la salud, como también, de medicamentos a precios bajos. En su opinión toda ley debe cumplir tres objetivos.
“Uno, la calidad. Las personas deben confiar en el producto. Se debe sugerir al Estado que informe a la población sobre los medicamentos genéricos. Segundo, recetar tanto medicina genérica como de marca, con el fin de promover mayor competencia y opción para las personas; y tercero, crear leyes que hagan cumplir estos objetivos”.
Sin embargo, el Centro para la Defensa del Consumidor (CDC) presentó en el 2007 dos demandas ante la Corte Suprema de Justicia y la Defensoría de los Derechos Humanos, sobre el desabastecimiento de los medicamentos en el Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS).
“Las dos demandas se han estancado y seguimos esperando respuesta”, mencionó Diana Burgos, del CDC.
No basta
Al comprar 35 dólares en medicamentos genéricos para la gastritis y para el colon, Lorena García de 45 años, considera que no es un precio razonable, y que la propuesta de ley no es suficiente para cumplir con la verdadera función del Estado.
“El Estado debe velar por el bienestar de las personas y una de esas es la salud, cosa que no le interesa”, demanda Lorena.
No obstante, la población no encuentra alternativa ante los precios altos. Ya sea, se adaptan y los compran, o dejan de tomarlos y juegan con sus vidas.
Burgos reafirma, la urgencia de una ley integral, que promueva tanto la regulación de precios, el control de calidad, así como la educación de la población para evitar la automedicación.
“La propuesta de ley es un primer paso, pero no es suficiente. El Estado, las organizaciones y el resto de la población, somos los que debemos hacer presión para que se cumplan nuestros derechos”, expuso la investigadora del CDC.
Mientras los salvadoreños acepten impávidos el costo de las medicinas, no hay esperanza a que un proyecto de ley cambie esa realidad que, hoy por hoy, hace que la cura de algunas enfermedades sea imposible.

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